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El Portal de Saravita 
se sitúa en tierras del Conde de Cuchicute

En las fértiles tierras comuneras donde hoy se alza el Portal de Saravita, alguna vez se extendieron las propiedades del excéntrico y legendario Conde de Cuchicute, José María Rueda y Gómez. Nacido en San Gil, Santander, en 1871, y asesinado en 1945 en su hacienda Majavita, en el Socorro, su vida fue un desfile entre la locura y la genialidad, entre la fantasía y la tragedia.
Una juventud desafiante

José María creció en el seno de una familia poderosa, con vastas extensiones de tierra dedicadas al cultivo de café, tabaco y caña de azúcar, además de la ganadería. Desde joven mostró una personalidad rebelde e irreverente, enfrentándose públicamente a su padre y a sus profesores. Su conducta lo alejó de los cánones sociales de la época, lo que llevó a su familia a enviarlo al extranjero.
París y el dandi anacrónico

A los 25 años fue enviado a París con el propósito de estudiar leyes. Allí, lejos de las aulas, se aproximó al dandismo, movimiento estético que criticaba los valores de la burguesía y exaltaba la extravagancia y el refinamiento. En vez de títulos académicos, adquirió una estética provocadora: vestía con sombrero de copa, capa española, bastón, guantes de cuero, botas de tacón y un monóculo que ocultaba la cicatriz del ojo perdido tras un intento de suicidio. Decía haberlo hecho para tener "algún defecto" que lo hiciera soportable a la humanidad.

De regreso a Colombia, su figura era la de un personaje fuera del tiempo. En una sociedad aún conservadora, su apariencia teatral y su actitud altiva lo convirtieron en un mito viviente. Le llamaban “el loco Rueda” o simplemente “el tuerto”.
Aventuras y mitomanía

Decía haber viajado a Siam tras un amor imposible, la princesa Titiana, y aseguraba haber luchado en la guerra hispano-estadounidense en Filipinas, en la Batalla de Cavite, defendiendo la corona española. Por esta hazaña —según él mismo contaba— se le habría concedido el título nobiliario de Conde de Cuchicute y Guanentá, en honor a sus tierras santandereanas.
El escándalo, el crimen y la redención

En 1899, bajo los efectos del alcohol, asesinó de una cuchillada a Domingo Rodríguez, un antiguo trabajador suyo. El crimen escandalizó al país. Un examen psiquiátrico determinó que actuó bajo un estado de locura: "degenerado hereditario", dictaminaron los médicos forenses. Fue absuelto por demencia temporal y pasó un corto periodo en prisión.

Los diagnósticos eran lapidarios: sufría de "locura moral", con episodios impulsivos de homicidio, suicidio e incluso piromanía. Sin embargo, su vida dio un giro inesperado.
De loco a empresario

Durante años, José María Rueda se dedicó con empeño a la agricultura y la construcción. Fundó la Compañía Eléctrica Hispano Colombiana del Socorro y levantó nuevas edificaciones en San Gil. Adquirió nuevas propiedades y mejoró la productividad de sus haciendas, destacando La Meseta y Cuchicute, ubicada en el actual municipio de Curití. Pese a sus logros empresariales, las crisis afectivas y mentales no desaparecieron. Fue internado dos veces en un sanatorio de Barcelona, en 1918 y 1921, tras sufrir alucinaciones.
El juicio contra su hermano

En los años 30, protagonizó un sonado litigio en Bogotá contra su hermano Timoleón por la sucesión familiar. El caso llegó a la Corte Suprema y convocó a renombrados médicos legales de la época. Aunque ganó el juicio, los informes psiquiátricos volvieron a poner en tela de juicio su salud mental.
Una muerte teatral

El 21 de julio de 1945, fue asesinado de forma brutal por Constantino Aparicio, exadministrador de su finca. Recibió 17 puñaladas y dos machetazos en la cabeza. Fiel a su estilo provocador, antes de morir dejó una última voluntad: ser enterrado de pie, porque ni ante la muerte se arrodillaría. En su hacienda se erigió un obelisco de ladrillo sobre su tumba, testimonio de una vida excesiva y contradictoria.

HOMENAJE AL ACTOR COLOMBIANO
LUIS EFRAIN GARCIA DURAN
Luis Efraín García Durán, fue homenajeado en Piedecuesta, en la celebración del día internacional del Teatro, con motivo del II Encuentro metropolitano de teatro que se realizó recientemente.

El actor y director de teatro socorrano, fue homenajeado por haber dedicado toda una vida a las artes teatrales y por su aporte a la cultura del departamento de Santander, y dijo que para las artes escénicas de la provincia Comunera era “un honor que el festival metropolitano de teatro se haga en homenaje a Luis Efraín García”. En este evento el actor participó no solamente en un conversatorio, sino puso en escena una nueva versión del Conde de Cuchicute, que el teatro el Muro Montó. El actor finalizó diciendo que para él era un gran honor “puesto que son 40 años de ejercicio teatral que llevo, más de seis montajes que hablan de la historia comunera, y estoy dedicado de lleno a esta profesión, es un reconocimiento muy grande para este humilde teatrero”.




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